SMLM2017

Como muchos ya sabréis, esta semana fue la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Quiero compartir contigo mi experiencia

Parece mentira que haya que visibilizar algo tan natural como alimentar a nuestros cachorros, pero lo cierto es que venimos de la generación del biberón en la que algunas marcas comerciales hicieron tanta mella que ahora el trabajo por restaurar la confianza de las mujeres en su propia capacidad de amamantar es muchísimo. Esto se demuestra cada día a través de los muchos comentarios que escuchamos acerca de dar el pecho.

Hay decenas de mitos acerca de la lactancia materna. Debemos trabajar para cambiarlos y aportar la verdad a través de evidencias científicas demostradas para contrarrestar esas opiniones sin fundamento que solo hacen daño, aunque te las brinden con toda la buena intención.

Yo misma tuve que luchar contra muchos de esos mitos cuando tuve a mi hija pero por suerte, tenía la información de mi parte y también la confianza suficiente en mí para lograrlo. Aunque esa confianza flaqueaba muchas veces tenía a mi pareja al lado que no me dejaba desistir.

Por eso para mí, las claves para una lactancia materna exitosa son: la información, la confianza y el apoyo. 

Antes incluso de estar embarazada decidí formarme como asesora de lactancia. Esta decisión fue motivada por una lactancia frustrada de un familiar cercano. Cuando tuvo a su bebé no logró instaurar la lactancia materna. Sufrió mucho y fue bastante traumático para ella así que esto me impulsó a formarme para poder ayudar a que otras mamás no pasaran por eso o por lo menos, tener herramientas y conocimientos para tratar de ayudarlas en la medida de lo posible.

Así que, gracias a esta formación, tenía suficientes conocimientos para no caer en esos mitos y opiniones que abundan tanto. Aún así, era muy difícil no hacerlo. La opinión y «consejos» de los más cercanos siempre tienen mucho peso.

Hay muchas cosas que debemos cambiar y espero que con todo el esfuerzo y horas que muchas asociaciones y movimientos están dedicando a esta causa lo logremos.

Ahora quiero compartir contigo algunos hechos y comentarios a los que me vi expuesta que para mí representan todo lo que hay que cambiar.

Mi hija nació con «bajo peso» así que, antes de tan siquiera dejarme intentarlo, me traían biberones que estaban pautados por el pediatra. Ese biberón traía un mensaje: «no creemos que lo logres, así que ya te traemos el suplemento».

Tuve que rechazar más de 10 biberones hasta que se dieron por vencidas. Muchas de las enfermeras respetaban esa decisión y no entraban a debatirla, aunque otras sí que lo hacían incluyendo en sus comentarios alguna amenaza: «tú verás si quieres estar 10 días ingresada, pero hasta que la niña no engorde no os iréis de aquí».

Pedí ayuda en más de 5 ocasiones para poner a mi hija al pecho ya que, por mucho información que tengas, la práctica es otra cosa. Era muy pequeñita y nos costó mucho que se cogiera al pecho. No vino nadie a ayudarme que tuviera conocimientos en lactancia. Por lo que debemos exigir que las personas que trabajen con mujeres y niños recién nacidos tengan una formación en lactancia, o, que haya asesoras en los hospitales. 

Finalmente pedí ayuda a la asociación de apoyo a la lactancia de mi ciudad (Teta e Coliño) que por teléfono pudieron asesorarme y darme el apoyo y confianza que necesitaba en ese momento. Esto demuestra la importancia de estas asociaciones.

Cuando logré instaurar la lactancia todo fue bien hasta llegar el segundo mes, en el que no engordan tanto como al principio y ya te empiezan hacer creer que tu leche no vale, que no alimenta y que debes suplementar. Estos comentarios vinieron de parte de algunos familiares y, lo que es peor, de parte de la enfermera de pediatría. Y digo que es peor en el segundo caso porque estas personas deberían tener la formación e información suficiente para no caer en esos mitos. Una vez más, debemos denunciar este tipo de comentarios y exigir que tengan conocimientos ACTUALIZADOS  en lactancia. 

Me hacían ir a pesar a mi hija cada semana, y cada semana me hacían comentarios de este tipo haciendo que flaqueara mi confianza y esto afectara realmente a nuestra lactancia. La única solución que me daban era el suplemento. En ningún momento me recomendaron suplementar con mi propia leche o trataron de averiguar si el motivo (que no era real) de que no engordara era por un mal agarre o algún otro problema para tratar de solucionarlo.

Siempre mencionaban los percentiles y la gráfica. Gráfica que aunque yo les preguntaba directamente y me decían que sí, no era la actualizada por la OMS en el 2007 realizada con niños alimentados con lactancia materna, y sí la de los años 70. Hay una gran diferencia.

Cómo dije, todos estos comentarios y controles me hicieron dudar de mí misma. Aunque yo sentía que todo estaba bien necesité buscar pediatras que supieran de lactancia materna y que estuvieran actualizados para poder pedirle una segunda, e incluso una tercera opinión. Los otros dos pediatras me dijeron lo que yo sentía que estaba ocurriendo. Mi hija era una niña sana que crecía y engordaba de manera saludable. Esto hizo que recuperara esa confianza y siguiera con nuestra feliz lactancia.

Con el tiempo se ha demostrado que mi hija es una niña muy sana y que su patrón de crecimiento es ese. Es una niña menudita pero sana, que es lo importante. No todos somos iguales y no todos los niños tienen que ir por el percentil 50.

A mí me ayudó a comprender el tema de los percentiles la siguiente explicación: que tu hija esté en el percentil 3, por ejemplo, solo significa que el 3% de los niños SANOS pesan lo mismo o menos que tu hija.

Lógicamente, no todos los casos son iguales y sí que hay señales de alerta que deberían hacernos preocupar o al menos estar atentos. Por eso yo te recomiendo que si tienes alguna duda o preocupación busques a un profesional experto en lactancia materna o consultes al grupo de apoyo a la lactancia de tu ciudad en el que seguramente habrá, asesoras de lactancia muy cualificadas que te darán ese apoyo e información necesaria.

Ahora llevamos 22 meses de feliz lactancia y puedo decir que es lo segundo mejor que he hecho. Lo primero fue tenerla a ella.

Por último quiero decir que alimentar a tu hij@ con leche materna o leche artificial es una decisión muy personal pero que solo debería ser tomada en base a información fidedigna. Todas las decisiones son respetables.

 

 

 

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