Recomendaciones prácticas

Cómo ya sabréis, en octubre he iniciado cursos de expresión creativa en diferentes ciudades que comprenderán todo el curso escolar.

 

He decidido escribir una carta a todos los papás y mamás de los niños que asisten a los talleres para compartir con ellos mi filosofía y lo que considero importante y creo que deberían tener en cuenta a la hora de acompañarles creativamente.

Quiero compartirla contigo también por si te fuera útil. Es la que sigue a continuación.

«Me gustaría hacerte una serie de recomendaciones y ofrecerte mi punto de vista en relación a la expresión creativa de tu o tus hijos. Cómo sabrás, soy graduada en Bellas Artes, formada en Arteterapia Hauchska y también profesora.

Para mí, lo más importante es mantener la expresión creativa de los niños a los que imparto los talleres lo más intacta posible, es decir, protegerla dado su importancia. Es muy importante que puedan expresarse con confianza y libertad a través de los medios artísticos, sea cual se ese medio: pintura, dibujo, teatro, música, danza… Sin embargo, hoy en día dado a las múltiples intervenciones y también debido a la desinformación y creencia de que todo eso es secundario o un simple hobby, se destruye completamente el juego de expresarse o se transforma en algo que no beneficia en nada al niño en cuestión.

Todos hemos realizado esas intervenciones en algún momento, sobre todo antes de recibir la información acerca de sus consecuencias. Todos lo hemos hecho con la mejor de las intenciones y con un gran amor hacia nuestros hijos/alumnos/sobrinos, etc… Pero hoy te escribo para compartir contigo mis descubrimientos y la verdadera importancia de todo esto.

Un niño dibuja por la gran necesidad que tiene de expresarse. No lo hace para que le guste al adulto que le acompaña, lo hace para él y sólo para él. Pero desde muy pequeñitos entramos en la dinámica de felicitarle por absolutamente todo lo que hace y aplaudirle todos sus logros: » ¡qué bonito te ha quedado!», «andaaaa,¿lo has hecho tú solo?, ¡qué mayor!».

Nosotros como adultos creemos que nuestros peques necesitan todo ese tipo de aplausos y palmadas en la espalda, sin embargo, solo la necesitan cuando ya han perdido la motivación intrínseca que les empuja a hacer y a descubrir por sí mismos.

Y cómo los niños se acostumbran a todo y se adaptan al medio de una manera impresionante, a partir de ese momento siempre buscarán tu reconocimiento y tu aprobación, y así, para siempre. Escucharemos mil veces las siguientes preguntas: «¿lo he hecho bien?», «¿es así?», «¿cómo lo hago?», «¿qué hago?»…Pero sobre todo: «¿te gusta?». Y lógicamente sentirás la necesidad de responderle a todo y principalmente a esta última pregunta con algo del estilo: «¡Claro!Me encanta» o con un «¡qué bonito!».

Y con estos sencillos gestos corres el riesgo de:

  • Que tu hijo/a busque siempre tu aprobación para todo lo que haga.
  • Se olvide de que lo más importante es que le guste a él/ella.
  • Prime el complacerte antes que la propia diversión que debería generarle.
  • Puede que pierda oportunidades de experimentación ya que se acomodará en eso que le gusta al adulto que le acompaña y lo repetirá para seguir complaciéndole.

Algo que me hizo reflexionar mucho fueron unas líneas del libro de Jean Liedloff , «El concepto del continuum» que dice que: si te sorprendes de sus logros es que no confiabas en que los iba a alcanzar. Ejemplo: Si te sorprendes y alegras tanto porque comience a caminar le estás enviando el mensaje de que eso no es natural, no es lo que debería hacer, porque si fuera así, no sería una sorpresa para ti.

En esto último lo más importante a trabajar es la confianza en que todo lo que haga tu hijo/a estaba dentro de sus capacidades hacerlo.

Y ahora, unos consejos/recomendaciones:

  • Si tu hijo aún está en la fase de garabateo nunca le preguntes qué es lo que ha dibujado. Será él el que espontáneamente nombrará sus dibujos en el momento en el que esté preparado para ello. Cuando lo haces le estás obligando a hacer una relación entre lo que dibuja y la realidad y a conectar dos áreas del desarrollo que se hallan en distintos niveles de madurez. Aunque esté muy avanzado en el desarrollo del lenguaje está en el inicio de la representación gráfica.
  • Si tu peque aún garabatea y nombra por sí mismo sus garabatos tal vez esperas ver algo que concuerde con la realidad, al no hacerlo puede que sientas la tentación de “corregirle” diciéndole: “mira, una flor/coche/persona no es así…” mientras le realizas el dibujo “correcto”. Aunque puede resultar complejo hay que tratar de comprender que formas similares pueden ser para tu hij@ cosas muy diferentes.  Y al corregirle de este modo estás traumatizando el proceso de afianzamiento gráfico y de coordinación visomanual que está desarrollando además de que recibirá la información de que sus dibujos no son entendidos por los adultos y empezará a pedir que le dibujen las cosas que él no se atreverá a dibujar ya que se estará inhibiendo el proceso creador gráfico del niñ@.
  • Otro buen consejo es el de no permitir que un niño copie, ya que no reflejaría su concepto del mundo y abandonaría su capacidad de crear.
  • Como resumen podríamos decir que nuestra labor como padres en esta tarea es acompañarles ofreciéndole los medios y recursos adecuados tratando de no interferir en sus propios procesos.

Tal vez iría un paso más y también te pediría que si él no te muestra su trabajo no le pidas que lo haga. Y del mismo modo, no saques conclusiones o hagas comentarios sobre el resultado ya que eso es lo menos importante y solo es una huella de una hora donde muchas cosas han ocurrido. Lo más importante es lo que ha vivido tu hijo en ese taller, lo que ha aprendido consciente o inconscientemente y sobre todo, cómo se ha sentido.

Ejemplo: si al finalizar el taller en el que hemos estado trabajando con arcilla, varios niños llevan figuras terminadas y el tuyo lleva «solamente» una bola de barro o varias bolas de barro «deshechas» no deduzcas que él/ella no ha hecho nada, o no ha «obedecido» o que lo que hizo no es bonito como el de los demás niños. Los talleres muchas veces son un juego en el que el niño se siente a gusto y puede simplemente ser y por esta razón su trabajo puede pasar por diferentes fases en ese juego y finalmente terminar siendo simplemente una bola de barro.

Y si te agobia no decirle nada cuando lo recojas en las clases puedes sustituir el «¡qué bonito!» por un : «¿qué tal?¿te has divertido?» o «¿te ha gustado lo que has hecho?». Con esta última expresión muestras interés y también ilusión por su trabajo que es muy importante, pero también le recuerdas que lo más principal es que él se haya divertido y que todo lo demás es secundario, además de que lo que haya hecho no tiene porque gustarte a ti sino que solamente a él.

Espero que así, juntos, podamos devolverle a los peques lo que es de ellos.

Te pido, que si tienes cualquier duda o preocupación acerca de estos aspectos de la vida de tu peque, me lo hagas saber para poder ayudarte en la medida de mis posibilidades.

Muchas gracias por confiar en mí para algo tan importante como es la expresión creativa de tu peque.»

Por último os recuerdo que quedan algunas plazas para los talleres de expresión creativa de los lunes en Cangas, en El pozo de los tres deseos.

Y también para los talleres de Arteterapia. Pregúntame si tienes alguna duda.

 

¿Y tú? ¿Cómo acompañas las expresiones creativas de tus hijos?

 

 

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