DIY. Farolillo de papel

Hoy os traigo un DIY que me hace mucha ilusión. El farolillo o linterna de papel para la fiesta de San Martín. 

Sobre la fiesta de San Martín

Primero quiero hablaros sobre esta fiesta que es tan importante en países como Alemania o  Suiza donde la vivencia del paso del tiempo, los cambios de estaciones y las festividades como estas están tan presentes.

Se celebra el día 11 de noviembre y su simbolismo me parece precioso.

En noviembre ya está asentado el otoño, los días cada vez son más cortos por lo que hay un proceso de interiorización y búsqueda de la luz interior importante que nos acompañará hasta el crecer de los días.

Esta fiesta apela a esa búsqueda de la luz interior cuando la exterior es escasa o está ausente. El niño, a través del farolillo la representa y con el ritual que realiza es guiado por esa luz a través de la oscuridad.

En las escuelas Waldorf al principio de noviembre empiezan a preparar el ambiente para esta celebración. Realizan sus propios farolillos y a través de cuentos y canciones se van preparando para el día.

Existe un cuento muy bonito que incluso se puede hacer con los niños en juego de ronda. Os quiero compartir este vídeo que encontré en el que narran la historia a través del juego de ronda.

Y os dejo a continuación el cuento escrito:

«Había una vez, una niña que llevaba su brillante farol y cantaba alegremente. —Yo voy con mi farol y mi farolito conmigo; arriba brillan las estrellas y abajo, brillamos nosotros.
Entonces llegó el viento silbando y la lucecita apagando.
—¡Oh! —exclamó la niña—. ¿Quién encenderá mi farol? Pero por mucho que buscó, nadie apareció.
¿Qué es eso que tanto gruñe? ¡Es el amigo oso! —Querido amigo oso, el viento apagó mi farol.
¿No sabes de alguien que pueda encendérmelo?
—No te puedo contestar, tienes otros a quienes preguntar.
Debo ir a descansar —dijo el oso.
¿Qué es lo que se desliza por la hierba? ¡Es un listo y astuto zorro!
—¿Me podría ayudar a encender mi farolito? —pidió la niña. El zorro respondió: —De aquí te tienes que marchar, a tu casa tienes que llegar.
Debo deslizarme y observar, pronto un ratón quiero cazar.
La niña se sentó en una piedra y llorando dijo:
—¿Nadie me quiere ayudar?
Las estrellas la oyeron y desde el cielo le dijeron:
—Al Sol debes preguntar. Él te puede contestar.
Al amanecer, llegó a la casita de una hilandera.
La niña abrió la puerta y preguntó:
—¿Sabes el camino hacia el Sol?
—Tengo que trabajar —dijo la hilandera—. Hilos finos tengo que hilar.
No te puedo explicar ni tampoco acompañar.
Y muy triste, la niña caminó y caminó bajo el Sol.
Al mediodía, llegó a la casa de un zapatero.
—Buenos días, querido zapatero. ¿Conoces el camino que lleva al Sol?
Y el zapatero respondió:
—Muchos zapatos hay que arreglar. No hay tiempo para reposar.
No te puedo explicar ni tampoco acompañar.
Y muy triste, la niña caminó y caminó bajo el Sol.
Al atardecer, llegó a un monte muy alto.
¿Vivirá el Sol allá arriba? Pero tampoco lo encontró.
Y cansada de tanto andar, cerró los ojos y se quedó dormida.
El Sol había visto a la niña desde hacía tiempo,
y mientras ella dormía, se inclinó y encendió su farol. Entonces, la niña se despertó y exclamó:
—¡Oh! Mi farol brilla de nuevo.
Y levantándose, se puso alegremente en camino. Caminando y alumbrando, llegó a la casa del zapatero. El zapatero estaba triste en su cuartito.
—Se apagó la lumbre, mis manos están tiesas de frío y no puedo arreglar zapatos —le dijo.
—Yo te encenderé de nuevo la luz —dijo la farolera.
El zapatero calentó sus manos y siguió martilleando y cosiendo. Caminando y alumbrando, llegó a la casa de la hilandera.
—Mi luz se apagó —dijo la anciana—. Ya no puedo seguir hilando. —Yo te encenderé de nuevo la luz —dijo la niña alegremente.
El cuarto se iluminó y la hilandera siguió hilando finos hilos. Caminando y alumbrando, llegó la niña de vuelta al bosque. Todos los animales se despertaron por el resplandor. El zorrito husmeó y miró la luz con mucha curiosidad. El oso gruñó y se acurrucó en su cueva de invierno. La niña se fue alegremente a casa cantando: —Yo voy con mi farol y mi farolito conmigo; arriba brillan las estrellas y abajo brillamos nosotros…»

 

Y ahora paso a explicaros cómo se hace un farolillo.

Cómo se hace el farolillo

He encontrado en internet varios tutoriales que empleaban las cajitas de cartón o de maderita de los quesitos. Al no comer ese tipo de quesos, tuve que idear otra manera de hacerlo. Sobre todo porque lo haré en los talleres y ¡mucho queso tendría que comer!

La manera que se me ocurrió es empleando vasitos de papel de los cumpleaños. Te explico ahora todos los materiales que necesitas y cómo hacerlo.

Materiales:

  • Un vaso de cartón.
  • Papel vegetal o cebolla.
  • Ceras de colores /pigmentos en polvo.
  • Un palo o ramita.
  • Alambre.
  • Cartulina o papel grueso.
  • Tijeras.
  • Cúter.
  • Alicates.
  • Una vela de cera de abeja natural a poder ser.

 

Cómo se hace:

Primero decoramos nuestro papel vegetal. Nosotros empleamos pigmentos en polvo para darle primero un ambiente de color. Usamos los de Natural Earth Paint que son 100% naturales (los puedes encontrar en la tienda).

Yo te invitaría a que, si lo haces tú, adulto, trates de visualizar esa luz interior que te guiará durante la época de oscuridad. Y si lo hace un peque (más de 5 años) puedes invitarle a que también se imagine cómo sería esa luz: si sería como una vela, una luciérnaga, una hoguera, una llama alta… Y si con quién lo haces es más peque que esa edad, simplemente déjale experimentar con los materiales.

Eso sí, puedes leerle el cuento varios días seguidos antes de hacer el farolillo.

Después podemos dibujar con ceras de colores. Puedes usar las de Stockmar que ya te recomendaba aquí o también estas de Ökonorm que también son de cera de abeja con pigmentos naturales. En breves espero poder tenerlas en la tienda.  En Vigo puedes encontrarlas en la tienda Fun4us.

 

Otra opción es decorarlo con papel de seda recortado pero nosotros en esta ocasión optamos por los pigmentos y ceras..

Una vez tenemos nuestro papel vegetal preparado procedemos a cortar el vasito. Lo cortamos por un poquito más abajo de la mitad para que nos quede espacio suficiente para grapar el papel vegetal cómodamente.

 

Deberás cortar el papel para que no quede muy alargado hacia arriba y desproporcionado ya que el diámetro del papel es algo pequeño.

Y también cortarlo de largo para que se adapte al diámetro del vasito.

Cuando esté listo le grapamos con el culo del vaso hacia arriba el papel vegetal ya preparado. El culo del vasito tiene un reborde que nos ayudará a que la vela se mantenga en ese espacio.

Grapamos también arriba para que permanezca cerrado.

Cortamos una tira de papel suficientemente larga para que rodee nuestra parte de arriba del papel vegetal ya cerrado. Lo grapamos también y con un punzón, alicate o con el mismo alambre le hacemos un par de agujeros a los lados para introducirlo.

Le damos una vuelta en el medio del alambre para poder meter nuestro palito o ramita pero pudiendo retirar la ramita cuando no la estemos utilizando.

Metemos la vela dentro de nuestro farol, la encendemos con una cerilla larga y ya estamos listos para salir al exterior iluminados por él y cantando:

«Yo voy con mi farolito

y mi farolito conmigo,

arriba brillan las estrellas,

abajo brillan mis amigos.

Y si hace frío me pongo el abrigo

y sigo paseando el farol.

Y si hace frío me pongo el abrigo

y sigo paseando el farol.»

 

 

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