Dibujo de formas en el colegio

Hoy te quiero hablar del dibujo de formas y sus múltiples beneficios y te enseñaré a hacer un ejercicio que espero te guste tanto como a mí.

El dibujo de formas está incluido dentro de los 7 dibujos terapéuticos. Ya te iré hablando  en profundidad de cada uno de ellos en otro artículo. Aquí simplemente te los enumero para que sepas el nombre de éstos: el dibujo figurativo, el dibujo geométrico, el dibujo dinámico, el dibujo al carbón, el dibujo al pastel y el dibujo rayado.

Aunque cada uno tiene una finalidad y es más aconsejable en ciertas ocasiones proponer un tipo de dibujo que otro, con el dibujo de formas nunca nos equivocaremos.  Lo puede realizar cualquier persona, exceptuando ancianos ya que están en otro punto y necesitan todo lo contrario de lo que aporta éste.

Cuando realicé por primera vez un ejercicio de este tipo tenía 20 años, y estaba en un momento de bastante agobio y estrés, con muchas cosas en la cabeza. Era como si tuviera una radio averiada encendida dentro de ella durante todo el día, seguramente tú ya habrás experimentado esa sensación en algún momento. Cuando empecé a trabajarlos fue cómo si esa radio se apagara de repente. Mi sensación fue de concentración absoluta y por lo tanto, todo lo demás que estaba en mi cabeza desapareció por esos minutos en los que estaba entregada a esa labor.  No es de extrañar que en esos momentos, y aún a día de hoy, el dibujo de formas se convirtiera en una herramienta imprescindible en mi día a día. Lo empleo cuando necesito una pausa, cuando necesito poner orden en la cabeza o concentrarme. Podría considerarse como una especie de meditación.

Compartiré más adelante muchos más dibujos de este tipo pero hoy quiero enseñarte la propuesta que les hice a alumnos de 3º y 4º de la ESO del colegio dónde estoy realizando mis prácticas, y sus resultados.

Nunca lo había propuesto a un grupo de chicos de esta edad y la verdad es que la experiencia me pareció muy satisfactoria, sobre todo para ellos, que disfrutaron el ejercicio.

Materiales

• Lápiz de grafito o de colores bien afilados.
• Una regla
• Un compás
• El soporte dónde dibujaremos. Recomiendo que sea grande (DIN-A3 al menos) pero puede ser también tamaño DIN-A4.

Cómo se hace

 

Yo propuse dos variaciones del mismo tipo de dibujo y te voy a explicar ambas.

• Primero dibujamos un ángulo cualquiera en nuestro papel ocupando la mayor parte de nuestra superficie.
• Con el compás determinaremos la distancia que queremos que tengan los puntos entre sí y los marcaremos en cada lado del ángulo. Tienen que tener siempre la misma distancia.
• Ahora uniremos los puntos de 2 a 2. El 1 con el 17, por ejemplo, el 2 con el 18, el 3 con el 19…así sucesivamente.

Haciendo esto conseguiremos una red de rectas que forman las tangentes de una curva regular.  Y quedará un resultado similar a éste.

Si te fijas, este alumno enumeró algunos puntos, no sería necesario si tienes claro que el punto número 1 es ese que ves marcado como 1. La primera unión debe ir con el primer punto del otro lado del ángulo (en este caso el 28), el segundo con el segundo, etc. Pero experimenta, nada malo puede pasar. 😉

La segunda propuesta tiene la diferencia de que, en vez de partir de un ángulo trazado con la regla, partiremos de una curva realizada a mano alzada. Esto supone que puede haber infinitas posibilidades ya que cada uno lo trazará de una manera diferente: más abierta, cerrada, larga, corta, con más vueltas, menos…

Los demás pasos se repiten: con el compás marcar los puntos con la distancia predeterminada, que cada vez que hagamos el ejercicio puede ser diferente, y decidir a cuántos puntos de distancia empezaremos nuestro trabajo: 12, 24, 33…  Ya lo descubrirás por ti misma pero a menor distancia más estrecha es la red que se traza, es decir que, una distancia de 10 puntos hará que la red sea menor que una distancia de 25, por ejemplo.

El siguiente dibujo está hecho a una distancia de 8 puntos, y el anterior a una distancia de 20.

 

 

En vez de una línea curva abierta a mano alzada podría ser una línea curva cerrada, consiguiendo un resultado completamente diferente.

Como ves, las posibilidades son infinitas y la concentración está asegurada. Si lo haces descubrirás que si no estás plenamente consciente en lo que estás haciendo, es muy probable que te pierdas.

Esta alumna por ejemplo, decidió sobreponer una línea a mano alzada a un dibujo ya realizado con está técnica. Se entrelazan las dos redes de líneas.

Después de terminarlo, puedes darle sombra, entintarlo o incluso colorearlo con el patrón que tú quieras: por cuadrados, por columnas o filas, etc.

Se puede ir más allá…

¿Cómo? Pues aunque no lo creas este ejercicio de dibujo de formas que se mezcla con dibujo geométrico nos puede dar mucho más juego.

Ejemplos:

• Se puede realizar con tinta blanca sobre cartulina negra.
• Puedes con un punzón agujerear los puntos que marcaste con el compás y en vez de lápiz empleas hilos de colores.
• Incluso puedes clavar un clavo en cada punto y trabajar con lanas o hilos.

Seguro que se te ocurre alguna idea más y si es así, ¡me encantaría que me la contaras!. Y si realizas este ejercicio me gustaría que compartieras cómo te has sentido haciéndolo. Y si tienes alguna duda puedes preguntármela sin dudarlo.